Al igual que sucede en
los aspectos comerciales, las instituciones económicas internacionales también
tienen un papel relevante en el sistema financiero internacional. A la empresa
que actúa en un entorno global le afectan cuestiones como: la evolución de los
tipos de cambio de las monedas, el establecimiento de controles de divisas por
falta de liquidez de ciertos países, las distintas alternativas de financiación
en los mercados o la posibilidad de participar en proyectos financiados por las
instituciones financieras multilaterales. Vamos a analizar todas ellas
siguiendo la evolución de las dos principales instituciones financieras
internacionales: el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el grupo del Banco
Mundial.
El Fondo Monetario
Internacional.
El Fondo Monetario
Internacional se creó conjuntamente con el Banco Mundial en la conferencia
internacional que se celebró en Breton Woods (localidad cercana a Washington)
en julio de 1944. Actualmente forman parte de él 178 países, incluyendo los
países del Este de Europa y las repúblicas que formaban la antigua URSS. España
ingresó como miembro en 1958.
El objetivo del FMI es
establecer las normas que rigen el Sistema Monetario Internacional y desempeñar
una labor de vigilancia de las mismas. Además, desarrolla una actividad de
cooperación internacional mediante la asistencia financiera que presta a los
países con problemas de pagos, siempre que estos pongan en práctica
determinadas medidas y reformas que el FMI considere necesarias. Finalmente,
también asesora y establece consultas periódicas con los países miembros.
El grupo del Banco Mundial y
los Bancos Regionales de Desarrollo.
La finalidad del Banco
Mundial es proporcionar recursos financieros a largo plazo para proyectos de
inversión en países en vías de desarrollo. En una primera etapa, su actividad
central fue sufragar la reconstrucción de Europa tras la Segunda Guerra
Mundial. En una segunda fase, la mayor parte de la ayuda se dedicaba a la
financiación de proyectos concretos, principalmente relacionados con
infraestructuras: carreteras, tendidos eléctricos, obras hidráulicas, etc.
Hoy en día, el número de
grandes proyectos industriales ha disminuido; parte de la financiación se
destina a aumentar la productividad y el nivel de vida en los medios rurales y
urbanos de los países más pobres: programas de mejoras agrícolas, cursos de
formación y capacitación, sistemas de control de la población o ayudas para el
medio ambiente. También se conceden préstamos a los países para que pongan en
práctica políticas económicas que impliquen reformas estructurales. Desde el
inicio de sus actividades el Banco Mundial ha realizado préstamos por valor de
más de 300.000 millones de dólares.
Para formar parte del
Banco Mundial es condición indispensable ser miembro del FMI. Los recursos
provienen de las cuotas que aportan los países miembros en función del tamaño
de sus economías. El mayor accionista es Estados Unidos (18%), seguido de Japón
(8%) y Alemania (6%). El Banco también emite bonos para financiarse y promueve
acciones para aumentar los flujos de capital privado hacia las zonas menos
desarrolladas. Tiene un capital de 175.000 millones de dólares.
Los países ricos no pueden
acceder a los préstamos del Banco Mundial (España pudo solicitar estos
préstamos hasta 1977). Las ayudas y los recursos prestados se canalizan a
través de cuatro instituciones que integran el grupo del Banco Mundial:
-
El Banco Mundial de Reconstrucción y
Desarrollo (BIRD) concede
préstamos en condiciones de mercado a los países en vías de desarrollo con
renta per cápita relativamente baja.
-
La Asociación Internacional de Desarrollo
(AID) otorga créditos concesionarios sin interés o con un interés inferior
al del mercado.
-
La Corporación Financiera Internacional (CFI) es
actualmente la fuente más importante de financiación de proyectos de inversión
privados en los países en desarrollo, es decir, estimula el crecimiento de los
países en desarrollo apoyando al sector privado.
-
El Organismo Multilateral de Garantía de
Inversiones (MIGA), cuya finalidad es fomentar la inversión directa en
países en vías de desarrollo ofreciendo a los inversores extranjeros garantías
que cubran sus riesgos no comerciales.
Junto al grupo del Banco
Mundial existen otras instituciones multilaterales de financiación de ámbito
continental: el Banco Interamericano de Desarrollo (creado en 1959), el Banco
Asiático de Desarrollo (1963) y el Banco Africano de Desarrollo (1966). El
Banco Europeo de Inversiones (BEI), que se constituyó en 1958 en virtud del
artículo 129 del Tratado de Roma, tiene como misión la concesión de préstamos y
garantías para financiar inversiones, principalmente en el sector industrial,
energía, e infraestructuras; actualmente mantiene una actividad crediticia con
los países ACP (África, Caribe y Pacífico) y los países de la cuenca
mediterránea. Tiene su sede en Luxemburgo.
En 1991 se creó el Banco
Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD), con sede en Londres, para ayudar
a los antiguos países del bloque del Este en su proceso de transición a la
economía de mercado. Como socios fundadores participaron 39 países, todos de la
OCDE, algunos latinoamericanos y árabes. El BERD tiene un capital de 10.000
millones de euros y financia sus préstamos a través de los recursos obtenidos
en los mercados de obligaciones y bonos. Sus créditos se conceden
preferentemente al sector privado, aunque durante el periodo de transición
también financian proyectos públicos.
La existencia de todas
estas instituciones ayuda a elevar el nivel de actividad económica en los
países más pobres y, en este sentido, supone la apertura de nuevos mercados y
la posibilidad de obtener pedidos importantes. Desde el punto de vista del
marketing internacional, la empresa tiene que estar informada de los proyectos
financiados por estas instituciones multilaterales y de cómo se desarrollan los
concursos y licitaciones públicas.
Objetivos y funciones
de las principales organizaciones económicas internacionales
· Organización Mundial del Comercio (OMC)
-
Reducción
arancelaria
-
Eliminación
de barreras no arancelarias
-
Competencia
comercial entre países
-
Trato
preferencial a países en vías de desarrollo
-
Progresiva
liberalización del sector servicios
· Conferencia ONU sobre comercio y desarrollo
(UNCTAD)
-
Regulación
del comercio mundial de productos básicos y materias primas
-
Sistema de
preferencias generalizadas
-
Cooperación
económica entre países en vías de desarrollo
· Fondo Monetario Internacional (FMI)
-
Regulación
del Sistema Monetario Internacional
-
Cumplimiento
de la ortodoxia monetaria
-
Ayuda
financiera a los países con dificultades en las balanzas de pagos
-
Marco
negociador de las economías occidentales
-
Asistencia
técnica a gobiernos en cuanto a fijación de políticas monetarias
· Banco Mundial
-
Financiación
de países en vías de desarrollo
-
Análisis y
evaluación de proyectos de inversión
-
Estudios de
desarrollo regional para el tercer mundo
El sistema financiero
internacional en el futuro.
En los últimos años el
sistema financiero ha evolucionado de una manera bastante parecida en la
mayoría de los países desarrollados, de tal forma que presenta unas
características similares que pueden servirnos para definir su futuro. En este
sentido, podríamos señalar tres rasgos comunes de los mercados financieros
internacionales: globalización, liberalización e innovación.
-
Globalización. En todos los sectores de la economía se ha producido una creciente
internacionalización de sus actividades, pero quizá este fenómeno ha sido más
evidente en el campo financiero. El sector financiero es, actualmente, un
sector global, en el sentido de que la posición competitiva de una empresa
financiera en un país se ve afectada por su posición en otros países. La
globalización se inició a principios de la década de los setenta cuando la gran
banca comercial norteamericana comenzó a ofrecer distintos servicios
financieros en el extranjero. Posteriormente, los bancos de negocios europeos
también extendieron sus actividades al exterior.
En la actualidad se
podría decir que existe un solo mercado financiero internacional que abarca
todo el mundo y cuyas operaciones, gracias al desarrollo de las tecnologías de
la información, se realizan en tiempo real. El mercado empieza cada día en
Australia, sigue por el sudeste asiático y Oriente Medio, para pasar luego a
los principales centros financieros europeos (Londres, Frankfurt, París),
continuar en Nueva York y Chicago, y terminar la jornada en la costa oeste de
los Estados Unidos (Los Ángeles y San Francisco); poco tiempo después se abre
nuevamente en Australia.
-
Liberalización. Tradicionalmente las autoridades económicas han intervenido en el sector
financiero con el fin de supervisar la actuación de las entidades de crédito y
asegurar su solvencia. En España, este ha sido el caso, por ejemplo, del
coeficiente de caja o de los mecanismos de financiación del sector público.
En los últimos años se
ha observado que la regulación no siempre consigue los objetivos establecidos
y, por el contrario, se producen efectos negativos sobre la propia gestión de
las entidades y la asignación de recursos. Por ello se han ido reduciendo de
forma gradual las restricciones a la oferta de servicios financieros. La
liberalización se centró en tres puntos:
· Libre acceso de empresas extranjeras a los
mercados financieros, si bien mantenido algunas restricciones.
· Libre fijación de los precios de los servicios
financieros e irregularidad en los tipos de interés.
· Libertad para actuar en los distintos mercados del
sector financiero.
-
Innovación. La aparición de intermediarios financieros no bancarios, sometidos a una
regulación menos estricta que la banca comercial, ha permitido ofrecer nuevos
servicios financieros con costes más reducidos. En los últimos años la oferta
de estos servicios se ha ampliado de forma muy significativa con productos y
servicios como factoring, forfaiting y
leasing de exportación, préstamos y
emisiones de bonos a tipo de interés flotante, bonos convertibles, financiación
de capital-riesgo, fondos de inversión, transferencias bancarias electrónicas,
gestión de tesorería por ordenador, operaciones de buy-out, etc. Toda esta nueva oferta facilita el desarrollo del
comercio y la inversión internacional.
En la actualidad, la
gran crisis financiera mundial, con la quiebra de muchos de los grandes bancos
y la necesaria intervención de los Estados para sostener la economía y evitar
un derrumbe de consecuencias impensables, hace que tanto los grandes
economistas como los gobiernos empiecen a plantearse la necesidad de una
revisión de todos estos principios. El sistema actual ha servido para
enriquecerse a las entidades financieras y para dotar de un gran optimismo a la
actividad económica, que ha repercutido en una sensación de bonanza y de gran
prosperidad. Sin embargo, la fragilidad del sistema ha acabado mostrando que la
prosperidad no deriva de la creación ficticia de dinero y se hace necesaria una
revisión urgente del sistema que garantice la seguridad financiera del futuro.
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